lunes, 16 de julio de 2012

La población del guirre alcanza su máxima recuperación tras 14 años de trabajos de conservación

94 ejemplares de los 230 individuos son parejas reproductoras y ocupan 47 territorios de manera estable, donde se reproducen. En 2000 sólo había 21 parejas reproductoras.


Fuerteventura / Tras 14 años de seguimiento y recuperación de la especie por parte del Cabildo de Fuerteventura, la población del guirre (Neophron percnopterus majorensis) demuestra síntomas claros de recuperación. Los últimos datos confirman como, tras la cría de 2011, la población de la especie cuenta con una cifra aproximada de entre 230 y 240 individuos vivos y en libertad.
De entre todos ellos, 94 son las parejas reproductoras que colonizan los 47 territorios (zonas de cría) localizados a lo largo de toda la geografía de Fuerteventura, a los que se suman también algunos individuos asentados en Lanzarote y el Archipiélago Chinijo, donde se han censado tres y un territorio respectivamente. En el año 2000, el número de todos estos territorios era de sólo 21.
La consejera de Medio Ambiente del Cabildo, Natalia Évora, ha valorado estos últimos datos como "muy positivos, porque nos dicen que el trabajo realizado durante estos últimos catorce años ha dado sus frutos. Especialmente Hay que destacar especialmente el seguimiento y control de los territorios ocupados, que son ahora mismo más del doble de los que eran en el año 2000, y que nos indican que hay un alto volumen de parejas que se está reproduciendo y que por el momento aseguran una población estable de la especie. El guirre, declarado en peligro de extinción, es junto a la hubara el representante más emblemático de la fauna insular, y por lo tanto seguiremos destinando los recursos que sean necesarios para asegurar su conservación.
Además, añadió, "debemos agradecer la implicación de toda la sociedad majorera en la salvación del guirre, tanto la población en general que ha participado en las campañas de divulgación y concienciación como los sectores más ligados al ámbito rural, ganaderos, agricultores y cazadores, que se han sumado a nuestra lucha".
El guirre o alimoche canario (Neophron percnopterus majorensis) ha habitado históricamente y de manera regular en todo el Archipiélago. Sin embargo, con el aumento poblacional y la ocupación progresiva del territorio a lo largo del siglo veinte se ha ido mermando su presencia hasta el punto que, en las últimas décadas, la especie se ha restringido casi exclusivamente a Fuerteventura.
Desde el año 1998 se iniciaron seguimientos intensivos e ininterrumpidos de la especie, y es con la aparición de los primeros datos cuantificables sobre el estado de conservación del guirre cuando se activa la alarma ambiental. En estos catorce años, el Cabildo de Fuerteventura ha continuado con el diagnóstico el seguimiento de la especie, especialmente con la puesta en marcha de un Proyecto LIFE financiado con fondos europeos bajo el título 'Conservación del Guirre en ZEPA de Fuerteventura'.
La actual consejera de Medio Ambiente del Cabildo, antes de ocupar este cargo en la institución insular, fue la responsable de dirigir el Proyecto LIFE, que como el resto de programas de este tipo se dirigide a conservar los hábitats y especies protegidas de los espacios integrados en la Red Natura 2000. Entre los años 2004 y 2007, el LIFE del guirre desarrolló un programa de conservación y recuperación de la especie, del que Natalia Évora recuerda que formaron parte como socios instituciones como el INIPRO (Instituto de Investigación de Puerto del Rosario), el Gobierno de Canarias, Endesa, la Unión Europea o el propio Cabildo de Fuerteventura.
Además, la Estación Biológica de Doñana, dependiente del CSIC, ha tenido una intervención destacada en la recuperación de la especie al ser durante varios años la entidad encargada de ejecutar varios programas del LIFE, por un lado, y también de realizar el seguimiento de la población, materializando convenios de colaboración financiados unas veces desde el Cabildo de Fuerteventura y otras desde el Gobierno de Canarias, al término del LIFE.
Relata Natalia Évora como el Proyecto LIFE permitió "en primer lugar detectar cuáles eran las causas de mortandad que estaban haciendo desaparecer la especie, para luego adoptar las medidas correctoras que, prolongadas en el tiempo y vistos los resultados, constatan que fueron efectivas".
Este proyecto determinó en su momento que las principales amenazas de la especie eran el peligro de electrocución y colisión con tendidos eléctricos, los envenenamientos ilegales, la intoxicación por plomos de caza, las molestias de humanas en las áreas de nidificación o la reducción en la disponibilidad de alimento.
Para paliar cada una de estas amenazas, el proyecto desarrolló diversas intervenciones, unas veces directas y otras de concienciación, que se plasmaron en el Plan de Recuperación del Alimoche Canario.
Como ejemplos de estas acciones cabe recordar la instalación de dispositivos 'salvapájaros' en los tenidos eléctricos, la vigilancia de los territorios, las campañas de sensibilización dirigidas tanto a la población en general como a los colectivos de cazadores y ganaderos para evitar la presencia humana en las zonas y épocas de cría y para eliminar el uso de materiales tóxicos en el medio, o la mejora de la disponibilidad de alimento para la especie con la instalación de un comedero que desde el año 2007 viene funcionando en Tiscamanita, y que se abastece regularmente con restos cárnicos del matadero insular.
También destaca la consejera el trabajo realizado en materia de conservación genética de la especie, contando con la colaboración de otras entidades como el Cabildo de Gran Canaria y las dos universidades de las Islas. Tanto en el centro de recuperación de Fauna Silvestre de Tafira como en la Estación Biológica de La Oliva se encuentran ejemplares accidentados, que por sus patologías no son capaces de valerse por sí mismos en el medio natural. Estos individuos permitan reservar la genética de la especie y participan en los estudios que continúan llevándose a cabo para su cría en cautividad.
ULTIMOS DATOS
Según el informe de resultados elaborado por la Estación Biológica de Doñana dentro del programa 'Seguimiento de la población de guirre (Neophron percnopterus majorensis) en la isla de Fuerteventura (Islas Canarias) – 2011', es posible estimar con bastante exactitud que la población total de alimoche canario en libertad es de 230-240 individuos después de la cría del pasado año.
Son datos obtenidos del control del Comedero de Tiscamanita y de individuos radiomarcados, junto con observaciones realizadas por toda la isla. El total de individuos diferentes que se han podido anillar a lo largo de todos los años de estudio por parte de la Estación Biológica de Doñana es de 302.
En el año 2011 se han localizado 47 territorios de alimoche canario en la isla de Fuerteventura, 3 en la isla de Lanzarote y 1 en el Archipiélago Chinito, lo que hace un total de 51 territorios ocupados de guirre en las Islas Canarias, en los que han logrado volar 22 pollos. Este año se han localizado siete nuevas parejas.

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